Tropas del espacio
Un par de citas de este polémico libro.
Un miembro de la Infantería Móvil vive gracias a su traje, lo mismo que un miembro del K-9 vive por y para su socio perruno. Los trajes electrónicos son los responsables de que se nos llame “infantería móvil”, y no “infantería” a secas. (Claro que también son responsables la nave espacial que nos suelta sobre el terreno, y las cápsulas en las que caemos.) Nuestros trajes nos proporcionan mejor vista, mejor oído, una espalda más fuerte (para llevar armas más pesadas y más municiones), mejores piernas, más inteligencia (“inteligencia” en sentido militar; un hombre con ese traje puede ser tan idiota como cualquiera, sólo que más le valdrá no serlo), más potencia de tiro, mayor resistencia y menor vulnerabilidad.
Ese traje no es un traje espacial, aunque puede servir. No es primordialmente una armadura, aunque los Caballeros de la Tabla Redonda no iban tan blindados como nosotros. No es un tanque, pero un solo soldado de Infantería Móvil podría coger todo un escuadrón de tanques y destrozarlo sin ayuda de nadie, si es que alguien fuera tan idiota como para lanzar tanques contra un I.M.
El traje no es una nave, pero puede volar un poco; por otra parte, ni las naves espaciales, ni las armas, pueden luchar ocntra un hombre que lo lleve puesto, a no ser saturando de bombas el área en que se encuentra (lo cual sería como quemar una casa para matar una mosca). Y a la inversa, nosotros podemos hacer muchas cosas que resultan imposibles para una nave, aérea, sumergible o espacial.
Hay una docena de modos distintos de originar una destrucción impersonal por completo mediante naves …
Pues que muy pronto (digamos el miércoles próximo) las Chinches vienen, acaban con esta raza que “ya no quiere estudiar más acerca de la guerra” y el universo se olvida de nosotros para siempre. Cosa que todavía puede suceder. O bien nosotros nos expandimos y borramos a las Chinches, o ellas aumentan en número y nos borran, porque ambas razas son fuertes e inteligentes, y desean el mismo espacio vital.
¿Saben ustedes con qué rapidez conseguiría el aumento de población que llenáramos todo el universo, hombre con hombro? La respuesta es asombrosa: es como el parpadeo de un ojo en términos de la edad de nuestra raza.Pruébenlo. Es una expansión a interés compuesto.
Pero ¿tiene algún derecho el hombre a extenderse por el universo?
El hombre es lo que es: un animal salvaje con voluntad de sobrevivir y (hasta ahora) con la capacidad necesaria para enfrentarse a cuelquier competencia. A menos que uno lo acepte así, todo lo que se diga sobre la moral social, la guerra, lapolítica -lo que sea´es pura tontería. La moral correcta surge de saber lo que el hombre es, y no lo que a esas viejas solteronas, a esos hombres de buenas intenciones y deseosos de obrar bien, les gustaría que fuera.
El universo nos hará saber -más adelante- si el hombre tiene o no algún “derecho” a expandirse a través de él.
Mientras tanto, la I. M. estará allí, a paso ligero y en movimiento constante, al lado de nuestra propia raza.